En el artículo de hoy hablaremos del ciberacoso y sobre cuál es el papel de los peritos informáticos en este tipo de delitos. El ciberacoso se define como aquel uso que se hace de los medios digitales con el fin de acosar o molestar a alguien mediante ataques personales o divulgación de su información confidencial a través de internet. Este tipo de acoso es bastante reciente pues nació a raíz de que apareciera Internet.
El ciberacoso es bastante característico pues se basa en el anonimato de las personas que agreden, la velocidad con la que se realiza y el gran alcance que tiene.
El ciberacoso y el código penal
A raíz de que las redes sociales han ido tomando más importancia en nuestras vidas, el ciberacoso ha crecido de forma exponencial ya que, a diferencia del acoso, al ser más fácil mantener el anonimato la gente se siente más libre de realizarlo.
Debido a esto, la justicia ha considerado necesario introducir este tipo de delitos en el código penal y así regularlos pues, tienen consecuencias graves en las personas que lo sufren.
Por lo tanto, desde 2016 los delitos de Stalking y sexting, que explicaremos a continuación, se encuentran recogidos en el código penal, siendo España el único país europeo que los incluye.
A lo largo de los años, este tipo de violencia ha ido creando diferentes variantes, entre ellas encontramos: fraping (suplantación de la identidad), ciberstalking (el acosador sigue todos los pasos de la víctima en las redes sociales), ciberviolencia de género (hablamos de ella en otro de nuestros artículos), Grooming (engatusamiento a menores) y sextorsion (extorsionar con imágenes sexuales de la víctima).
La mayor parte de estos delitos se encuentran recogidos en el artículo 172 ter del Código Penal. En el caso del ciberacoso pueden alcanzar penas de hasta 2 años y, en el caso del sexting penas de hasta cinco años tipificadas en el artículo 197.7.
Consecuencias de la víctima ante el ciberacoso
Según el Ipsos Public Affairs alrededor del 17% de las familias del mundo sufre ciberacoso. Aunque nadie queda exento de este tipo de acoso, lo cierto es que la mayor parte de las personas que lo sufren son menores y por ello, más vulnerables.
Algunas de las características del ciberacoso son: la facilidad que se le da al agresor para ocultarse lo cual da sensación de ser impunes, al ser a distancia sienten menos empatía por la víctima y debido a la rapidez, viraliza las actitudes y más personas se unen al acoso.
El ciberacoso suele ser un grupo y de personas conocidas, normalmente compañeros. Además, suele ser regular, no casos puntuales y aislados. Esto ocasiona en la víctima, sobre todo en las menores de edad, graves consecuencias como puede ser ausentismo escolar, abuso de consumo de sustancias nocivas, relaciones deterioradas, disminución de la autoestima, cambios de comportamiento y el suicidio en casos extremos.
¿Se puede denunciar? ¿Cuál es el papel del perito informático en estos casos?
La respuesta es sí. Como hemos comentado en uno de los anteriores apartados este tipo de delitos se encuentran recogidos en el código penal y por lo tanto son hechos denunciables. De hecho, según el Ministerio de Interior, en 2017 se registraron hasta 2.286 denuncias de las cuales 926 fueron por amenazas o coacciones y 703 sobre delitos sexuales en internet.
Como en todos los delitos, debemos demostrar mediante pruebas que se está cometiendo y lo más común es presenta pantallazos o pruebas que, pudieran haber sido modificadas.
Para poder demostrar que nuestras pruebas son veraces y que realmente se está cometiendo un delito en el que es necesario intervenir, estas pruebas deberán ser revisadas por un experto en la materia que, en este caso, es un perito informático.
El perito informático accederá a toda la información que le proporcionemos y realizará un exhaustivo y riguroso análisis para, posteriormente realizar un informe donde se redacte todo. Una vez contamos con este informe, podemos ir a la comisaria y denunciar los hechos con pruebas veraces que, serán aceptadas en el juicio al haber sido cotejadas por un experto.
A partir de ahí, comenzará una investigación por parte de la policía para localizar al agresor o agresores y proceder según corresponda para solucionar el problema lo antes posible.